El número SIETE ha sido Llamado el número perfecto. Es en realidad, el sello de Dios sobre toda su Creación, y
hasta hace poco tiempo atrás, parecía evadirse la atención de este fenómeno en
lo tocante a Su Palabra, la Santa Biblia, hasta que un descubrimiento asombroso
fue hecho. Escondido bajo la superficie del Texto Original de la Biblia, tanto
en el hebreo como en el griego, se encuentra el mismo sello, no sólo en lugares
aislados sino literalmente a través de
toda la Escritura Sagrada.
Todo aquel que trata con este
apasionante tema, pronto cae en cuenta de que así como la Creación, la Palabra lleva estampada la
marca de identificación de su Autor Divino. Tal como los papeles de una
determinada imprenta llevan bajo su superficie la filigrana indeleble de su
nombre, (llamada “marca de agua”) así en la Biblia, esta marca o sello se manifiesta por medio de un
complejo y armonioso arte: La numeración que maravillosamente recorre y trama
todo su Texto.
Hay siete dispensaciones o etapas que registran los tratos de Dios con el hombre a través de la historia, ellas son; 1) Inocencia, 2) Conciencia, 3) Gobierno humano, 4) Promesa, 5) Ley, 6) Gracia, 7) Reino Milenial.
La naturaleza
Observamos la misma ley operando en las varias divisiones de la naturaleza. Algunas veces un cierto número predomina; otras veces, otro.
Hay siete dispensaciones o etapas que registran los tratos de Dios con el hombre a través de la historia, ellas son; 1) Inocencia, 2) Conciencia, 3) Gobierno humano, 4) Promesa, 5) Ley, 6) Gracia, 7) Reino Milenial.
La naturaleza
Observamos la misma ley operando en las varias divisiones de la naturaleza. Algunas veces un cierto número predomina; otras veces, otro.
En la naturaleza, el siete parece ser el único medio para clasificar la masa de individualidades que constituyen ese departamento especial llamado “ciencia”. Damos a continuación siete divisiones, con ejemplos del reino animal y vegetal:
1 Reino Animal Vegetal
2 S/reino Vertebrado Fanerógama
3 Clase Mamífero Angiosperma
4 Orden Carnívoro Dicotiledónea
5 Familia Cánido Rosácea
6 Género Perro Rosa
7 Especie Spaniel Rosa de té
En
seguida, algunos datos y ejemplos acerca del número 7 en la Biblia.
Fisiología
Este campo ofrece una
vasta ilustración dentro del cual destaca el número 7.
El hombre:
Los días del hombre son setenta años (Sal. 90.10). En siete años la estructura completa de su
cuerpo cambia (como estamos familiarizados con las “siete edades del hombre ):
1
Infancia
2
Niñez
3
Juventud
4
Adolescencia
5
Madurez
6
Vejez
7
Senilidad
Así, el embrión humano
se desarrolla en 28 días exactos (4 x 7). El tiempo total de desarrollo del
feto es de 280 días (40 x 7). La ciencia ha tenido que reconocer que la
afirmación de que “Dios hizo al hombre del polvo de la tierra” es, por lo menos,
una verdad química. El cuerpo humano está formado por
14 elementos básicos (2 x 7). La ciencia médica afirma que el cuerpo humano es
renovado en cada una de sus células cada 7 años, así como también nos dice
que el pulso late más lento cada 7º día. En ciertas enfermedades los
días críticos son el 7º, 14º; 21º, y así por delante.
Los
animales:
El período de gestación
es:
1 El ratón
21 (3 x 7) días
2 La rata
28 (4 x 7) días
3 La liebre
28 (4 x 7) días
4 El gato
56 (8 x 7) días
5 El perro
63 (9 x 7) días
6 El león
98 (14 x 7) días
7 El cordero 147 (21
x 7) días
Las aves:
1 La gallina
21 (3 x 7) días
2 El
búho
28 (4 x 7) días
3 El águila
35 (5 x 7) días
4 El
pato 42 (6 x
7) días
5 El pingüino 49 (7 x 7) días
6 El avestruz 56 (8 x 7)
días
7 El casuario 63 (9 x 7)
días
Los insectos:
Con los insectos
observamos el mismo fenómeno numérico. En algunas la ova está incubada por siete medios días, en otras por siete días completos. La mayoría de los
insectos necesitan desde 14 (2 x 7) hasta 42 (6 x 7) días para el desarrollo de
su larva.
La ciencia
Hay dos clases de
ciencia. Por ejemplo, los
resultados sobre observaciones y estudios de la química son dignos de ser llamados
“ciencia”. En ella no hay teorías o hipótesis que derivan en otras “falsamente llamadas ciencias” (1Ti.6.20).
Ciencia es Scientia, esto es conocimiento, aquello que sabemos y que sabemos que es verdad inalterable. En este sentido, la química no es
igual, por ejemplo a la geología, cuyas antiguas teorías están siendo
continuamente modificadas por nuevos postulados.
Si sabemos la acción de una cierta
substancia, entonces nuestro conocimiento nunca cambia sino que, yuxtapuesta a
esa inalterable verdad, produce el descubrimiento constante de nuevas verdades.
Así, muy superficial y
rápidamente, tomaremos como modelo un sólo ejemplo de la química que exhibe el
designio numérico
trabajando de forma maravillosa en esa ley ejecutante.
El ejemplo es el del comportamiento de los elementos
magnetizados. En este sentido
podemos primeramente afirmar que toda materia está hecha de cierta combinación
de varios elementos simples, terminales y no compuestos.
El comportamiento de
estos elementos (cuando son magnetizados) se ubican en dos clases o categorías:
diamagnéticos y paramagnéticos, y tienen propiedades de combinación atómica
(junto a un átomo forman una mónada ; a dos , una díada ; a tres, una tríada ; a cuatro, una tétrada ) que responden a una ley compleja, pero perfecta.
Cuando estos elementos
se ubican de acuerdo a sus propiedades diamagnéticas o paramagnéticas bien como
mónadas, díadas, tríadas o tétradas (conforme a su peso atómico) resultan
trabajando en grupos alternados de siete elementos que caen en forma
introvertida, cada uno respondiendo a su igual: mónada a mónada; díada a díada;
etc. Luego, en el lado contrario, se arreglan nuevamente en grupos de siete , esta vez para caer en forma inversa.
Es oportuno señalar que
el peso atómico de los elementos más importantes es bien múltiplo de 4 o de 7. El oro,
por ejemplo, siendo el más valioso, tiene un peso atómico de 196 (4 x 72), la
plata de 108 (4 x 27 o 22 x 33);
el cobre de 63 (7 x 9); el hierro de 56 (7 x 23). Y así por delante, las mismas
particularidades de este sello se encuentran repetidamente en muchas
ramas de la ciencia.
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