jueves, 2 de abril de 2015


 El siete, el número más profuso de la Escritura. Como número de perfección espiritual, ocupa un lugar preponderante en todas las Obras y especialmente en la Palabra de Dios.
El número SIETE ha sido Llamado el número perfecto. Es en realidad, el sello de Dios sobre toda su Creación, y hasta hace poco tiempo atrás, parecía evadirse la atención de este fenómeno en lo tocante a Su Palabra, la Santa Biblia, hasta que un descubrimiento asombroso fue hecho. Escondido bajo la superficie del Texto Original de la Biblia, tanto en el hebreo como en el griego, se encuentra el mismo sello, no sólo en lugares aislados sino literalmente a través de toda la Escritura Sagrada.
Todo aquel que trata con este apasionante tema, pronto cae en cuenta de que así como  la Creación, la Palabra lleva estampada la marca de identificación de su Autor Divino. Tal como los papeles de una determinada imprenta llevan bajo su superficie la filigrana indeleble de su nombre, (llamada “marca de agua”) así en la Biblia, esta marca o sello se manifiesta por medio de un complejo y armonioso arte: La numeración que maravillosamente recorre y trama todo su Texto.
Hay siete dispensaciones o etapas que registran los tratos de Dios con el hombre a través de la historia, ellas son; 1) Inocencia, 2) Conciencia, 3) Gobierno humano, 4) Promesa, 5) Ley, 6) Gracia, 7) Reino Milenial.



La naturaleza

Observamos la misma ley operando en las varias divisiones de la naturaleza. Algunas veces un cierto número predomina; otras veces, otro.


En la naturaleza, el siete parece ser el único medio para clasificar la masa de individualidades que constituyen ese departamento especial llamado “ciencia”. Damos a continuación siete divisiones, con ejemplos del reino animal y vegetal:


1 Reino              Animal                   Vegetal

2 S/reino            Vertebrado            Fanerógama

3 Clase               Mamífero             Angiosperma

4 Orden              Carnívoro             Dicotiledónea      

5 Familia           Cánido                   Rosácea

6 Género            Perro                       Rosa


7 Especie           Spaniel                   Rosa de té


En seguida, algunos datos y ejemplos acerca del número 7  en la Biblia.

Fisiología

Este campo ofrece una vasta ilustración dentro del cual destaca el número 7.
El hombre:
Los días del hombre son setenta años (Sal. 90.10). En siete años la estructura completa de su cuerpo cambia (como estamos familiarizados con las “siete edades del hombre ):
            1              Infancia
            2              Niñez
            3              Juventud
            4              Adolescencia
            5              Madurez
            6              Vejez
            7              Senilidad

Así, el embrión humano se desarrolla en 28 días exactos (4 x 7). El tiempo total de desarrollo del feto es de 280 días (40 x 7). La ciencia ha tenido que reconocer que la afirmación de que “Dios hizo al hombre del polvo de la tierra” es, por lo menos, una verdad química. El cuerpo humano está formado por 14 elementos básicos (2 x 7). La ciencia médica afirma que el cuerpo humano es renovado en cada una de sus células cada 7 años, así como también nos dice que el pulso late más lento cada  día. En ciertas enfermedades los días críticos son el , 14º; 21º, y así por delante.

Los animales:

El período de gestación es:
1 El ratón                          21 (3 x 7) días
2 La rata                           28 (4 x 7) días
3 La liebre                         28 (4 x 7) días
4 El gato                            56 (8 x 7) días
5 El perro                           63 (9 x 7) días
6 El león                            98 (14 x 7) días
7 El cordero     147 (21 x 7) días

Las aves:

1 La gallina       21 (3 x 7) días
2 El búho                           28 (4 x 7) días
3 El águila         35 (5 x 7) días
4 El pato            42 (6 x 7) días
5 El pingüino    49 (7 x 7) días
6 El avestruz     56 (8 x 7) días
7 El casuario     63 (9 x 7) días


Los insectos:

Con los insectos observamos el mismo fenómeno numérico. En algunas la ova está incubada por siete medios días, en otras por siete días completos. La mayoría de los insectos necesitan desde 14 (2 x 7) hasta 42 (6 x 7) días para el desarrollo de su larva.                     

La ciencia

Hay dos clases de ciencia. Por ejemplo, los resultados sobre observaciones y estudios de la química son dignos de ser llamados “ciencia”. En ella no hay teorías o hipótesis que derivan en otras “falsamente llamadas ciencias” (1Ti.6.20).
Ciencia es Scientia, esto es conocimiento, aquello que sabemos y que sabemos que es verdad inalterable. En este sentido, la química no es igual, por ejemplo a la geología, cuyas antiguas teorías están siendo continuamente modificadas por nuevos postulados.
Si sabemos la acción de una cierta substancia, entonces nuestro conocimiento nunca cambia sino que, yuxtapuesta a esa inalterable verdad, produce el descubrimiento constante de nuevas verdades.
Así, muy superficial y rápidamente, tomaremos como modelo un sólo ejemplo de la química que exhibe el designio numérico  trabajando de forma maravillosa en esa ley ejecutante.
El ejemplo es el del comportamiento de los elementos magnetizados. En este sentido podemos primeramente afirmar que toda materia está hecha de cierta combinación de varios elementos simples, terminales y no compuestos.
El comportamiento de estos elementos (cuando son magnetizados) se ubican en dos clases o categorías: diamagnéticos y paramagnéticos, y tienen propiedades de combinación atómica (junto a un átomo forman una mónada ; a dos , una  díada ; a tres, una tríada ; a cuatro, una tétrada ) que responden a una ley compleja, pero perfecta.
Cuando estos elementos se ubican de acuerdo a sus propiedades diamagnéticas o paramagnéticas bien como mónadas, díadas, tríadas o tétradas (conforme a su peso atómico) resultan trabajando en grupos alternados de siete elementos que caen en forma introvertida, cada uno respondiendo a su igual: mónada a mónada; díada a díada; etc. Luego, en el lado contrario, se arreglan nuevamente en grupos de siete , esta vez para caer en forma inversa.

Es oportuno señalar que el peso atómico de los elementos más importantes es bien múltiplo de 4 o de 7. El oro, por ejemplo, siendo el más valioso, tiene un peso atómico de 196 (4 x 72), la plata de 108 (4 x 27 o 22 x 33); el cobre de 63 (7 x 9); el hierro de 56 (7 x 23). Y así por delante, las mismas particularidades de este sello se encuentran repetidamente en muchas ramas de la ciencia.


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